El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado un aumento del 50% en los aranceles al acero y aluminio canadiense en respuesta a un recargo que Ontario planeaba usar para la electricidad exportada a los Estados Unidos. 

La medida generó gran preocupación en la industria siderúrgica, ya que Canadá provee el 50% del aluminio importado por EE.UU. y el 20% del acero. 

Sin embargo, después de una conversación con el primer ministro de Ontario, Dogu Ford, y los secretarios comerciales de los Estados Unidos, Trump no decidió aplicar un aumento después de que Ontario retiró su impuesto energético. Si bien el aumento arancelario se evitó, la incertidumbre comercial sigue afectando a los mercados, ya que los precios de los productos de metal podrían elevarse a posibles restricciones futuras. 

Las relaciones comerciales entre los Estados Unidos Y Canadá ha enfrentado tensiones constantes, y el primer ministro canadiense Mark Karny advirtió que su país respondería estratégicamente a las próximas conversaciones. Este episodio destaca la importancia del diálogo diplomático para evitar conflictos financieros y mantener la estabilidad en industrias clave como la energía y el acero.

El Imparcial. (2025, marzo 11)