A medida que Estados Unidos regresa a la escuela, muchas de ellas han implementado nuevas reglas para mejorar la seguridad y el rendimiento académico. Estas incluyen la prohibición del uso de teléfonos móviles, y algunas instituciones los guardan en taquillas o bolsas selladas durante las clases. 

 Los cambios se producen tras varios datos que muestran que el 72% de los profesores de secundaria tienen problemas con el uso de su teléfono móvil. Además, debido a las preocupaciones sobre la salud mental y el comportamiento de los estudiantes, se han introducido nuevas restricciones en el código de vestimenta, como que algunas escuelas prohíban el uso de sudaderas con capucha y ropa completamente negra. 

 Además, algunos distritos escolares han rediseñado las salas, han eliminado los espejos de los baños para evitar que se conviertan en puntos de reunión no autorizados e implementaron pases digitales para gestionar el acceso a esas salas. 

 Las medidas han sido bien recibidas por algunos educadores, aunque han desatado polémica entre los padres, que creen que las restricciones, especialmente en la vestimenta, podrían limitar la creatividad de los estudiantes. Sin embargo, las autoridades escolares creen que la política está diseñada para preparar a los jóvenes para determinadas situaciones de la vida real en las que el código de vestimenta no es aceptable.

 EL IMPARCIAL. (2024, septiembre 04)