Los enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales sirias y milicias drusas en la ciudad de Sweida se intensificaron tras la ruptura de un alto al fuego, lo que provocó una respuesta militar por parte de Israel, que bombardeó instalaciones cerca del Ministerio de Defensa en Damasco. 

La violencia ha escalado en medio de una Siria aún inestable desde la caída de Bashar al-Assad en diciembre, con un nuevo gobierno suní que enfrenta tensiones intercomunitarias. 

La comunidad drusa, una minoría religiosa con fuerte presencia en el sur del país, ha sido blanco de represalias, mientras el ejército israelí justifica su intervención como un acto de protección hacia esta población. 

La violencia en Sweida ha dejado cientos de muertos, incluidos civiles y miembros de las fuerzas armadas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. 

Las hostilidades comenzaron con secuestros y enfrentamientos entre grupos drusos y tribus beduinas, y se han reportado graves violaciones a los derechos humanos como ejecuciones extrajudiciales y saqueos. 

La posible expansión del conflicto con la intervención directa de Israel amenaza con agravar aún más la ya frágil situación en Siria, dificultando su recuperación tras más de una década de guerra civil.

El Imparcial. (2025, julio 16)