El Papa Francisco, de 88 años, fue dado de alta este domingo en más de cinco semanas hospitalizado por una neumonía bilateral. Antes de partir del Hospital Gemelli en Roma, agradeció a sus fieles con una breve actuación del balcón, donde estaba notablemente delgado y usando una cánula nasal para oxígeno. 

Al llegar al Vaticano, emitió un mensaje en su oración dominical del Ángelus, donde expresó su tristeza por la reanudación de los bombardeos en Gaza y pidió su fin inmediato. Su ausencia en el Ángelus desde el 9 de febrero ha sido un hecho inédito en su pontificado.

El regreso del pontífice fue recibido con alegría por fieles y líderes políticos, como la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Sin embargo, su equipo médico advirtió que debería seguir al menos dos meses de recuperación y limitar las actividades diarias para evitar complicaciones.

El doctor Sergio Alfieri explicó que, paradójicamente, los hospitales pueden aumentar el riesgo de infecciones, por lo que su recuperación continuará en el Vaticano. Su estado de salud ha generado dudas sobre su capacidad para retomar su agenda habitual en el corto plazo. 

Ap. (2025, marzo 23)