Los misiles de largo alcance son armas estratégicas que pueden atacar objetivos a largas distancias, normalmente más de 300 kilómetros.

 Estos sistemas permiten a los países proyectar poder militar a través de las fronteras e influir en la logística y las capacidades operativas del enemigo, y actualmente se están utilizando en la guerra entre Rusia y Ucrania.

 Aunque este tipo de medidas suelen estar restringidas, la reciente autorización del presidente estadounidense Joe Biden para su uso, marca un cambio significativo en la política militar estadounidense hacia los conflictos.

 En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado que un ataque a su territorio podría desencadenar la doctrina nuclear rusa y plantear graves riesgos no sólo para Ucrania sino también para la estabilidad regional y global.

 Esta es la primera vez que Moscú utiliza este tipo de arma desde la invasión de Ucrania en 2022.

 De manera similar, las unidades de defensa aérea ucranianas derribaron seis misiles, según la fuerza aérea, sin precisar si uno de ellos era el misil balístico intercontinental.

 Mientras tanto, los medios británicos informaron el miércoles que Ucrania disparó un misil Storm Shadow suministrado por los británicos contra un objetivo ruso después de recibir luz verde de Londres.

 TELENOCHE UY. (2024, noviembre 21)