Mientras que Brasil está a punto de recibir en medio de la Amazonía la conferencia climática de las Naciones Unidas (COP30), que tiene lugar en noviembre en Belém, los residentes de una favela de la ciudad denunciaron "racismo ambiental" porque temen quedarse al margen de las obras del evento.

Vila da Barca, considerada una de las mayores comunidades de palafitos de América Latina, está formada por un enjambre de casas que se levantan sobre pilotes de madera a orillas del río Guajará y es fiel reflejo de un eterno abandono por parte del Estado. 

Los residentes del vecindario, donde viven alrededor de 3.000 personas, denuncian que fue excluida de una nueva estación de tratamiento de aguas residuales que se está construyendo para la COP30 y que los desechos de otra de las obras para el evento están siendo descartados en la favela.

Seis meses antes de la conferencia, Belém corre contra el reloj para terminar decenas de obras prometidas para el evento, un reto logístico nunca antes visto en esta ciudad enclavada en la Amazonía. 

A pesar de la existencia de más de un siglo, Vila da Barca carece de agua potable y alcantarillado, además de otros problemas de infraestructura.

Los habitantes denuncian ahora que una vez más se les deja de lado, puesto que el Gobierno regional construye una nueva estación de tratamiento de aguas residuales en la zona, pero según ellos, no va a beneficiar a la comunidad. 

Las autoridades regionales y municipales indican que el sitio de desechos es preliminar y aseguran que Vila da Barca se incluirá en el proyecto de la estación de tratamiento. Pero permanece la desconfianza por parte de la comunidad.

EFE. (2025, mayo 14)